jueves, 1 de julio de 2010

El nacimiento de los zoológicos y su evolución.-







Los zoológicos toman su nombre de la zoología (estudio de los animales) usado por primera vez en el Zoológico de Londres, el parque científico más antiguo del mundo, que abrió sus puertas en 1828 con el propósito de albergar una colección de animales (650) para estudios científicos; 19 años más tardes estaría abierto al público.
Los primeros zoológicos fueron en realidad colecciones privadas, en su mayoría pertenecientes a reyes, de hecho, los primeros de los que se tiene testimonio estaban en Mesopotamia y Egipto (1500 a.C.); y China (1,200 a.C.), además de contar con los relatos de Cortez que quedó maravillado ante la colección de animales que había hecho traer a su imperio el Emperador Moctezuma. Pero el primer zoológico moderno fue abierto en Viena en 1765. Tres décadas después, tras la revolución francesa, el zoológico de París fue abierto al público en general.
La primera concepción que se tuvo fue básicamente la de exhibir las especies, ya que eran desconocidas y novedosas, pero lentamente se fue cambiando el concepto a lo que hoy en día son los parques sin jaulas, donde los animales interactúan con los visitantes; afortunadamente esta nueva modalidad que mejora las condiciones de vida de la población anima se está expandiendo por el mundo.
En el zoológico de Londres, paradógicamente el primero, las autoridades del lugar anunciaron que tirarán abajo todas sus jaulas, barrotes y vallas, para permitir que los animales que lo habitan puedan moverse libremente. La idea es que los visitantes puedan circular por caminos dentro de los sectores en los que están los animales, o hacerlo en pequeños vehículos especiales, para llevar al espectador más cerca de ellos.

La decisión se tomó a partir de un estudio para conocer mejor a los animales, a raíz de lo cual en el zoológico se dieron cuenta que hay que mejorar sus hábitats. La idea de este zoológico es alejarse de la visión de la jaula como espacio de encierro para los animales, reemplazándola por espacios abiertos más naturales, que pueden resultar medio ambientes mucho más estimulantes para el animal.

En nuestro país hubo un proyecto similar en el zoológico de Mendoza, pero lamentablemente no funcionó. Esperemos que esta sea una tendencia en expansión que aniquile de una vez por todas las tan arcaicas jaulas.

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